13 octubre 2008

El mejor regalo de cumpleaños: El primer Campeonato

DEFENSORES DEL CARMEN 0 vs BOCA RIO GALLEGOS 1
Boca Río Gallegos después de toda una vida y en la fecha de su cumpleaños número sesenta y tres, se coronó campeón del Torneo “Romualdo D´Andrea tras vencer a Defensores del Carmen por uno a cero. Fernando “Paco” Sandoval sobre los veintinueve minutos de la primera parte marcó el único tanto del partido, que no fue bueno en lo futbolístico, pero que tuvo una entrega, una garra y una pasión difícil de imaginar para aquel que no pudo estar presente en el sintético de Defensores.
Texto: Alfredo Galvez

Fotos: Romina Barrientos

La previa del partido estaba dada en el clásico más añejo de Río Gallegos: Hispano-Boxing. Y los condimentos de ese encuentro eran varios: El celeste buscaba ganar para mantener viva la esperanza de ingresar a la liguilla. El verdinegro quería sumar de a tres para esperar luego que pasaba entre el líder y el escolta. Y Boca, deseaba que los de la calle Alberdi se impusieran, para entonces salir en busca hoy mismo del campeonato.
Y el clásico fue celeste, y ahora sí los números eran sencillos: Un triunfo era igual al campeonato.
Mucha, muchísima gente en la cancha y los que ya estaban, no se fueron, ni ahí que se iban a perder este partido, y un ejemplo claro de lo que digo era Pablo Valencio, DT de Hispano, que con una sonrisa enorme por el logro conseguido, se prestaba tranquilo a ver el encuentro. Boca copó la parada, en cuanto a hinchada Enormes “trapos” revestían el escenario y el folklore del futbol estaba a “full” al compás de redoblantes y cornetas.
Y con Boca y Defensores en campo, sumado a la terna arbitral, encabezada por el Sr. Mario Mareco daban muestra claras que se acababan las palabras y se venía “EL” partido.

El local con línea de tres en el fondo, asignada para Fernando Díaz, Richard Bazán y Ricardo Rodríguez. Cuatro en el medio con Haro, Seignoux, Medina y Cuello. Luciano y el tucumano, formando el doble cinco. Carlos Oliva un par de metros más arriba inclinado por derecha y arriba los temibles D´Augero y Belmonte.
Boca, hoy va con cuatro en el fondo. El “Colo” García y Lucas Fernández marcando puntas. Leandro Mussi y Jorge Olguín los dos centrales. En el medio los ya acostumbrados Seba Luna y Diego Sandoval para el doble cinco que también pone Boca. “Paco” Sandoval por derecha y Leandro Fernández por izquierda.
Rivera y Escobar como puntas, pero uno ya sabía de antemano que el negro iba, según el partido a volantear cerquita de la línea media.
Y cuestión del viento, de actitud, de ganas de sorprender, lo que Ud. quiera, lo cierto es que yo, que esperaba a un Boca, cauto y a la espera de lo que plantease el rival, me dejó como siempre mal parado, porque fue justamente el xeneize quien en los primeros minutos se plantó en campo rival.
Medina le va fuerte, muy fuerte a Diego Sandoval en el medio del campo. Mareco levanta sus dos brazos en clara alusión al “siga, siga” y yo frunzo el ceño. ¿Siga?
Cuello y García, tienen un partido aparte Lucas Fernández, va a casi todas deslizándose por el piso como si fuera “la ultima bola de la noche”, su hermano Leandro, corre a Dios y María Santísima. Mussi y D´Augero, son el duelo aéreo, que de antemano uno esperaba, se marcaban en las dos áreas. Olguín, firme, fuerte atrás pero sobre todo leal.
El doble cinco de Boca jugando casi a la perfección en quite y relevo.
Por el otro lado, el doble cinco blanco, tenía en Medina a su mejor exponente, pero Luciano Seignoux no encontraba su posición. Richard Bazán, enorme, con la experiencia de siempre hoy al servicio de Defensores sacaba todo desde el fondo, y paraba corazones propios y ajenos cuando como último hombre se animaba a una gambeta para salir jugando. Lo cierto es que el partido tenía toda la adrenalina, todo el sabor de una final, pero poco, muy poco de futbol.
El juego era fuerte en cada choque, “chamullado” en algunos lugares de la cancha.
Minuto veintinueve, hombre de Defensores al piso presumiblemente por falta, que a ser sincero de mi parte no veo, el juego sigue, levantan el centro desde la izquierda, al área, aparece Paco Sandoval libre de marca, la toma, apunta y fusila a Maxi Gómez, Gol, grito, festejo, locura por el lado de Boca.
Bronca, reclamos y acusaciones varias por parte de Defensores en la mitad del campo. Y el reclamo tiene su razón de ser, con el hombre de Defensores en el suelo la gente del Carmen, reclama que el juego debió pararse, que la gente de Boca debió tirar la pelota afuera.
Pero obviamente “eso” no está reglamentado en ningún lado, es tácitamente parte del Fair Play pero convengamos, que en este partido, si bien no se estaban matando poco tenía que ver con eso del “juego limpio”.
Lo cierto es que como decía mi viejo “Es al pedo mirar el hoyo después de la rodada”
Lo hecho, hecho está y Boca estaba al frente por uno a cero.
Y los dirigidos por “Peneca” Muñoz, intentaron acorralar a Boca en su campo, pero siendo reiterativo en pelotazos con destino a D´Augero que era absorbido por Mussi y Olguín, quienes se escalaban para tomarlo. Belmonte, se cruzaba de una punta a la otra, pero Boca nunca perdió el orden defensivo.
La mitad de la cancha, era el lugar elegido para las “caricias” de unos y otros, y de apoco se fue yendo la etapa, que, reitero era de poco fútbol pero de muchísima entrega por parte de los dos.
En el entretiempo, mientras fumaba mi eterno cigarrillo, miraba el entorno. Jorge Nicolai, el “Indio”, volvía a la cancha, esta vez como hincha, ciertamente mucho tenía que ver con este Boca y era evidente que dadas las condiciones del partido, en eso de que hoy Boca podía coronarse campeón, no se lo iba a perder.
El Tigre Rodríguez, lo sufría detrás del alambrado, Becerra es otro. Raúl Cantin, otro símbolo de esta institución, también en la cancha, con ese sueño de muchos, ver a SU Boca campeón, porque ellos se saben y se sienten (Y esta bien que así sea) parte de la historia de Boca Río Gallegos, porque fueron del “barrio de la Boca” como se dice..
Porque jugaron y dirigieron, porque amaron y sufrieron a esta divisa. Pero todos me mencionan a un Sr. García como el hombre más emblemático desde siempre del Club Boca Río Gallegos.
Con un cambio en Defensores y sin ninguno en Boca, arrancan los cuarenta y cinco minutos finales. Y los locales, hoy de vestimenta blanca, salieron de “una” a buscar el arco de Martínez. Y minutos más tarde, Peneca Muñoz hace ingresar a Mesa, para mejorar el medio.
Y Rapalín también mueve fichas, porque ingresa Mario Pérez por derecha en reemplazo del Colo García. Al igual que la primera parte, la fricción fue la vedette del partido, si a eso le sumamos alguna obra de teatro mal enseñada y peor aprendida, el partido ya no era tal. Mussi se desplomaba en el área como acusando “muerte súbita” .
Encima las pelotas que era pocas, tardaban una enormidad en volver, Entre Martínez y Lucas Fernández, hacían de cada saque de arco uno homenaje a la demora.
Y eso esta mal? Eso esta perfecto ... si vas ganando, si te apuran, y tenés el campeonato ahí, tan cerca, y…. yo si puedo pincho la pelota con un clavo.
Mario Mareco, gustoso de estirar el sufrimiento ajeno decidió prolongar el partido una eternidad para el hincha boquense, cuando sus manos arribas, mostraban siete minutos de alargue.
Luna salva parado en la raya lo que podía ser el empate de Defensores, D´Augero, jugaba de tres, de enganche, de delantero, un amor propio y una pasión que sin quitarle el protagonismo a Boca era imposible de no ver o no destacar.
A la carga barracas gritó Richard Bazán y el Defe con el cuchillo entre los dientes, se fue a matar o morir. El “Kun” Rosales, y “El loco” Jancich, ya estaban en cancha y rápidamente se contagiaron en la entrega y lucha que proponía el partido y que no era exclusividad de nadie, o si lo prefiere, era de todos.
Y Mauro la cuidaba, buscando las faltas, que obviamente le cometieron para que Boca ganara metros en ataque. Diego, metió un estiletazo rasante que por poco no se cuela por el poste derecho de Maxi Gómez.
Corazón y Garra dentro de la cancha, Manos apretadas contra el alambrado fuera del verde rectángulo. Ya nadie estaba dentro de sus autos, Ya los fuegos artificiales, que al principio fueron, tímidos, ahora adornaban el cielo de Río Gallegos.
Y todo tiene un final, y Mareco pitó el de este partido, corridas, abrazos, euforia, algunos de rodillas en el verde césped, tapándose la cara, como no pudiendo creer, o simplemente para cubrir un llanto de alegría.
Imágenes sueltas, que me vienen a mis retinas: Diego Sandoval, con las pocas fuerzas que le deben quedar, sumado a sus tobillos maltratados, va en busca del sector opuesto al banco de suplentes, va a ofrendar su titulo a Jorge Nicolai, que vestido de hincha, disfruta, porque él vistió hace un manojo de años esa camiseta, pero no supo de vuelta olímpica, no supo de levantar trofeo, pero ama este Boca, como don Raúl, que aplaude, que el brillo en sus ojos se le puede atribuir al viento, que todavía sopla, Diego, no fue el único, varios muchachos hicieron el mismo recorrido.
Cerca del banco Santiago Rapalín, se abraza con todos, ni dudarlo que este titulo le pertenece, y lo disfruta, se ganó que era lo importante, ya habrá tiempo de jugar mejor que hoy.
Veo a Leandro Fernández, que no pudo hacer una nota, porque no le salían palabras en su emoción, correr desde un costado de la cancha hacia el circulo central donde Esteban Menéndez, micrófono en mano, busca hacer notas, lleva en su mano el mejor trofeo que puede tener un jugador, la camiseta recién bautizada con el titulo de Campeón.
Y se la ofrenda a Esteban, le da un abrazo y se va.
No hay palabras para abarcar tantas emociones.
La vuela olímpica con un puñado de chiquilines y otros no tanto, pasan por frente a mi, sonrío , veo a Leandro Mussi, que al menos para mí hoy jugó el mejor partido desde que viste la azul y oro, desnudo, quien sabe a donde o a quien fue a parar su pilcha de jugador. Marcio Domínguez, corre entre los jugadores y es pura alegría. Un sol rojizo muestra sus últimos rayos, antes de dar paso a la noche de este doce de Octubre, día de La Raza, dia de cumpleaños, día de Campeón. Ya es hora de dejar Defensores, ahora sin tela de por medio, jugadores y cuerpo técnico se confunden en abrazos con familiares, amigos e hinchas.
Mi señora, que no siempre va a la cancha y que por suerte para mi, tiene otros ojos y otra visión del futbol hoy decidió quedarse, y entre tantos abrazos y festejos, me dijo “Me quedo con el saludo de Rapalín y Nicolai que con ese apretón de manos sellaron un campeonato en un 50 por ciento para cada uno”. Asiento en silencio.
A veces reniego en darle la razón.
Está por arrancar la caravana de “la Felicidad”, Boca le acaba de arrancar una estrella al firmamento, y la luce orgulloso sobre su pecho, vendrán otras, seguramente pero esta tiene el sabor especial de ser la primera, y encima en el día de su cumpleaños y eso… eso no tiene comparación alguna.