15 junio 2008

La desidia no tiene fin

LIGA DE COMODORO RIVADAVIA
Otra vez, un partido de futbol no pudo bajar el telón en los términos normales. Jorge Newbery ganaba uno a cero pero sobre el final, el delantero de Palazzo Carlos Cedán, agredió al árbitro Raúl Brizuela. Cuando se retiraban los jugadores de Palazzo, el jugador Emiliano Lúquez recibió un piedrazo en el hombro.
Diario Crónica


Jorge Newbery ganaba bien un partido que tuvo más lucha, fuerza y velocidad, que juego propiamente dicho. En la vorágine, propiedad de este futbol con más espinas que rosas, el Lobo había sacado una pequeña luz con un zapatazo de Maximiliano Lanezán cuando se moría el partido.
Los dos equipos trataron de hacer lo posible por llegar a terreno de definición. Pero como afloraron más las fricciones que un par de paredes, la ausencia de emociones hizo que se sintiera mucho más el intenso frío de la "Heladera".
En la primera mitad, lo más parecido a una situación de riesgo fue una pelota que Carlos Cedán alargó para Alexis Contreras, quien definió cruzado. La pelota se fue acariciando el palo izquierdo de Claudio Sandoval.
Eso fue casi en el cierre de la etapa. Antes no pasó nada relevante, salvo el ímpetu de muchos y la claridad de pocos.
En el complemento, fue Newbery el que se paró más cerca del área rival. Casi por una cuestión de ayuda climática –una pequeña brisa pero fría brisa soplaba hacia el arco que defendía José Basualdo-, el Lobo estuvo cerca con un par de jugadas.
Román Castillo definió afuera ingresando por la derecha y un cabezazo de Raúl Loncón desde el área chica terminó en las manos del arquero del Aguilucho.
Palazzo amagó en un par de contras, pero Alexis Contreras no tenía tanta movilidad como en el primer tiempo. Algunas apariciones de Néstor Pretzsch por la derecha, preocuparon al Lobo, aunque no tuvieron la profundidad necesaria.
Todo parecía encaminarse hacia el cero. Hasta que un pelotazo a cinco metros de la medialuna fue apenas "peinado" por Román Castillo hacia la izquierda. Pisando el vértice del área grande, Maximiliano Lanezán dominó y sacó un zapatazo que se metió por arriba del esfuerzo de José Basualdo.
El gol desequilibró el marcador y también la paciencia de uno de los mejores jugadores del Aguilucho: Carlos Cedán. Raúl Brizuela cobró una infracción en tres cuartos de cancha para el "rojinegro" pero igualmente recibió un insulto del delantero. Vino la roja y casi como un acto reflejo, Cedán lanzó un golpe de puño que impactó en el pómulo derecho de Brizuela.
Allí se terminó todo. O mejor dicho, empezó lo peor. El árbitro, amparado en el reglamento decidió suspender el partido. Los jugadores de Palazzo lo encerraron sobre un costado, los de Newbery querían que no se termine para consumar el triunfo y en el centro del campo, la pobre y desamparada pelota veía como se le faltaba el respeto otra vez.
Los jugadores de Palazzo se acercaban al túnel y con los hinchas de Newbery a insulto limpio, el delantero Emiliano Lúquez cae tomándose el hombro derecho. Queda tendido por más de diez minutos, mientras los más cuerdos intentaban apaciguar todo.
Así terminó un nuevo capítulo que por repetido, no deja de causar una mezcla de impotencia e indignación.

Misión imposible
Está brava la situación del futbol doméstico. Otros eran los tiempos en los que asistir a un partido de futbol era símbolo de pasión y mucho de emoción. Hoy, lamentablemente, se está más cerca de la desidia que en ningún otro momento.
Pero no hay que equivocarse, no se trata de un mal exclusivo del viejo y querido futbol. No hay que adosarle única responsabilidad a la pelota. Para nada. Se trata de un mal común que encuentra tierra fértil en los descuidos que -es verdad- tiene nuestro futbol.
Descuidos que tampoco son propios de este tiempo, sino que se acumulan por años de inacción en infraestructura. Canchas con un panorama similar al de 40 años -cuando la gente realmente iba a ver futbol- no son propicias para sostener a los que toman a este deporte como una descarga de sus propias frustraciones.
Ayer, la cancha de Ameghino, con un túnel pegado al alambrado, sin protección mínima para que los jugadores y los árbitros pueden aislarse de los que no ven más allá de las pestañas, fue una ayudita extra para que un jugador termine con el hombro hinchado por un piedrazo.
A esa falta de infraestructura se agrega el descuido de políticos que por inacción, omisión y hasta por conveniencia, dejaron desprotegidos a una buena porción de la sociedad que sólo puede saciar las insatisfacciones demostrando miserias en cuanta conglomeración de masas, puede.
Pero en este ámbito estamos obligados a movernos y a tratar de hacer malabarismos como para desarrollar un partido de futbol. Algo que parece tan simple, pero que hoy, aunque nos duela, pasó a convertirse en una misión digna de alguna versión de Misión Imposible.

Posiciones
Equipos J G E P Gf Gc Pts.
C.A.I. 5 5 0 0 14 2 15
D. Sarmiento 5 3 1 1 11 4 10
Oeste Jrs. 5 2 3 0 8 5 9
Huracán 5 3 0 2 7 7 9
J. Newbery 5 2 2 1 5 3 8
P. Palazzo 5 2 0 3 7 6 6
D. Portugués 5 1 2 2 6 8 5
G. Saavedra 5 1 1 3 2 7 4
Petroquímica 5 1 1 3 6 12 4
Gral. Roca 5 0 0 5 2 15 0

Próxima fecha (6º)
D. Portugués vs. P. Palazzo
Oeste Jrs. vs. D. Sarmiento
J. Newbery vs. C.A.I.
G. Saavedra vs. G. Roca
Huracán vs. Petroquímica