27 noviembre 2007

Diez policías de Caleta lesionados en batalla campal con hinchas de fútbol

Sucedió el domingo luego de que se suspendiera el clásico que jugaban en el Estadio Municipal los representativos de Estrella Norte y Catamarca cuando cayeron varias piedras a la cancha. Luego vino el encontronazo entre las hinchadas y la inmediata intervención de la policía que arrojó balas de goma y gas lacrimógeno. Al menos diez uniformados sufrieron heridas y no hubo detenidos.

Corridas, gases lacrimógenos, balas de goma, pedradas y policías heridos durante los incidentes del domingo (foto gentileza Alcides Quiroga).

Los violentos episodios se extendieron hasta pasadas las 20:30 y se originaron cuando el árbitro del partido, Orlando Ulloa, decidió suspender el encuentro cuando ya habían transcurrido más de 30 minutos del segundo tiempo, ante la incesante lluvia de piedras que caían desde la tribuna que ocupaba la afición de Estrella Norte, cuyo equipo iba perdiendo 2 a 0.
En la previa, ya habían ocurrido algunas corridas y disturbios menores, pero luego de la suspensión los ánimos se exacerbaron de uno y otro bando, hasta terminar en un bochornoso desastre.
La intervención de alrededor de 60 uniformados, en su mayoría pertenecientes a la Seccional Segunda de Policía, al Comando Radioeléctrico completo y algunos uniformados de otras jurisdicciones, no sirvió para calmar las broncas de las barras bravas sino que, por el contrario, hizo que los desaforados hinchas unieran fuerzas en contra de ellos. Así comenzó entonces una verdadera batalla campal fuera del estadio.
Viendo que el transcurso de los minutos no aminoraba la intensidad de la pugna con la policía, y de que las bajas en la fuerza se sucedían unas a otras a raíz de los piedrazos y botellazos que recibían, el comisario Ramón Miño -jefe de la Seccional Segunda- decidió entonces el repliegue de sus hombres.
Asimismo, y por temor a que los disturbios se trasladaran hacia la dependencia policial, fue que también se ordenó que no se produjeran detenciones.

A los botellazos
Durante el encontronazo, los hinchas alcanzaron a triplicar el numero de efectivos, e inclusive un grupo importante de inadaptados se dirigió hacia la distribuidora de bebidas «Caleta Refrescos», ubicada a dos cuadras de la cancha, para robar unos 15 cajones de botellas de vidrio vacías, las que utilizaron para arrojar al personal de la fuerza de seguridad.
En total, fueron más de doce los uniformados que resultaron con lesiones, tales como quebraduras de manos, cortes en cara, piernas y espalda.
Según el propio Miño, los hinchas violentos ya habrían sido perfectamente identificados, por lo cual se dio intervención a la justicia para que actúe y libre las correspondientes órdenes de captura.

El Patagónico

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