28 mayo 2007

Cordobazo en la AFA

Capitulo II - REACCION INMEDIATA Y DRASTICA DECISION
Darío Ranco y Luis Sopranzi no están dispuestos a mantener sus cargos con la política deportiva actual. Presentaron sus renuncias verbalmente, y se les solicitó que dialoguen previamente con Julio Grondona.


“O se producen cambios de hombres y de la política deportiva actual del Consejo Federal, o nos vamos”.
Palabras más, palabras menos, esa fue la postura que el presidente de la Federación Cordobesa, Darío Ranco (vocal titular del Consejo Federal), y el miembro del Comité Ejecutivo de la AFA, Luis Sopranzi, expresaron el miércoles ante la máxima autoridad del Consejo Federal, Alvaro Castro, en las reuniones del Comité Ejecutivo de la AFA y del Consejo Federal.
Ambos eludieron el diálogo ayer, aunque reconocieron la autenticidad del rumor, transformándolo de un trascendido a una noticia oficial.
El tema del seguro al espectador impuesto por la AFA a las Ligas del interior es secundario, y hasta insignificante en la drástica medida adoptada por ambos (no seguida por el resto de los representantes del interior). Se trata de un “Cordobazo”, tendiente a cambiar hombres y estipular un sistema acorde a las necesidades y a la realidad de las Ligas del Interior.
Ayer el tema del seguro estalló en los medios de comunicación de todo el país, aunque las renuncias verbales de Ranco y Sopranzi ya habían sido presentadas.
Mientras algunas voces se alzaron pidiendo una revolución, Córdoba dejó en claro que no está en contra de Grondona, pero está unida en su posición irrevocable: “No compartimos esta política deportiva. O hay cambios de hombres y de sistema, o nos vamos”. Ese nos vamos incluye no sólo al miembro del Comité Ejecutivo de la AFA, Luis Sopranzi (uno de los tres representantes del fútbol del interior en dicho ente que además componen los 20 referentes de los clubes de la A, 1 de la B Nacional, 1 de la B Metropolitana, 1 de la C y uno de la D), y del vocal titular en la Mesa Directiva del Consejo Federal, Darío Ranco, sino también al representante de la región Centro: Luis Galán, y el asambleísta por dicha región: Juan Bianco.

Córdoba apuesta al cambio

No fue el seguro al espectador el tema que condujo a las renuncias verbales, sino el intento de transformarlos en “sigrondonistas”. Córdoba sentó banderas: apuesta al cambio.
Pretende que los cargos sean ocupados por dirigentes con capacidad para orientar una reforma general para el crecimiento real de las Ligas del interior.
Cansados de las mordazas impuestas a partir de los cargos seleccionados por Julio Grondona, Darío Ranco procura elevar la calidad del debate con voz y voto, a partir de propuestas trascendentes, que no tengan relación alguna con la obsecuencia que manifiestan la mayoría de los “elegidos a dedo” por “Don Julio”.
En tanto, Luis Sopranzi se califica como un dirigente dispuesto a establecer políticas deportivas, lo que se ve truncado por su cargo, atendiendo a que los “sigrondonistas” realizan reuniones preliminares, que trasladadas al seno del Comité Ejecutivo o al Consejo Federal, ya tienen resoluciones irrevocables, a las que ni siquiera tiene acceso con su voto, lo que lo limita en sus funciones, excluyendo su capacidad de gestión y de creatividad.
Pretendieron callarlos, aislarlos a cambio de un cargo. Renunciaron.
Ante esta perversa realidad, los representantes genuinos del fútbol del interior sienten que no tienen representantividad, ya que acuden a dichos entes a levantar la mano para aprobar medidas previamente adoptadas, quedando descalificadas sus opiniones y las de sus Ligas y clubes. Es decir, sus ridículos papeles se limitan a decir sí, ante la ausencia de posibilidades por revertir lo irreversible.
Cada representante genuino del fútbol chacarero tiene un año de gestión (generalmente acordado entre Ligas), lo que disminuye a cero su poder de planteamientos serios, atendiendo a que durante 3 meses “la ven pasar”, durante 3 meses se acomodan, se adaptan en los 3 meses siguientes y en los 3 últimos sólo están despidiéndose de sus sueldos.
El Reglamento del Consejo Federal otorga en su espíritu la posibilidad de gobernar a través de las necesidades de las Ligas, pero cada representante sólo defiende la postura de su Liga, y no la de la región. Los representantes de la Federación Cordobesa conocen todo el panorama. Tampoco el Congreso de clubes del Argentino “A” fue solución, ya que sólo representan a los clubes que participan en el mismo, en vez de a todas las Ligas a los que pertenecen esos clubes. Es decir, que existen 2.700 clubes sin representatividad (alrededor de 420.000 personas ligadas y contenidas por clubes).
“El Surco” es la empresa contratada por la AFA para asegurar a los clubes por $1,50 por entrada vendida en partidos de las Ligas. Esta empresa pertenece en un 50% a Julio Comparada; y pese a que se indica que Julio Grondona dispondría de otro porcentaje similar, esto es incomprobable.
Fue la gota que colmó el vaso para muchos, que incitan una revolución. Sin embargo, desde Córdoba la intención es otra. Orden, unidad y renuncia al sistema. Le plantearán a Grondona la venidera semana, un cambio rotundo en la política deportiva a implementar, el cambio de hombres, para que representen genuinamente los intereses de clubes y Ligas, o de lo contrario se producirá una fractura irreversible con una provincia que apuesta a actuar bajo el compromiso del voto otorgado por sus clubes y Ligas.
La del Consejo Federal no es la política que el país futbolero exige. Los cordobeses exigíamos una respuesta de Ranco y Sopranzi, que tuvieron un gesto de grandeza, exponiéndose a alejarse de la AFA. Si Grondona no propone alternativas valederas para un sistema nefasto y una política basura: ¿Se viene el Cordobazo?
Fuente: Puntal Villa María.

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